El cáncer de mama es un problema de salud pública de gran impacto en todo el mundo y en Chile corresponde a la principal causa de muerte oncológica en mujeres.
Según el Ministerio de Salud, en el año 2020 se estimó que el cáncer de mama constituyó el 10% de todos los casos nuevos de cáncer en la población general chilena, y se produjeron 1.657 decesos por esta causa, de los cuales 13 corresponden a población masculina. Y en el año 2023, 7503 mujeres inscritas en FONASA fueron confirmadas con este cáncer, un 77% de ellas sobre los 50 años de edad.
Es de suma importancia una detección precoz para mayor probabilidad de éxito en el tratamiento y sobrevivencia. Está demostrado que la mamografía es el único examen capaz de pesquisar en etapas tempranas, y por lo tanto disminuir la mortalidad por esta patología.
Por ello, se debe realizar en todas las mujeres a partir de los 40 años, con periodicidad anual, ya que está comprobado que un cáncer demora en hacerse visible 1 año aunque no tengan señales de desarrollar esta patología; sólo en casos especiales se inicia antes de esa edad.
Sin embargo, existen otros exámenes de imágenes que también influyen en el diagnóstico. El segundo más frecuente es la ecografía mamaria. La que está indicada para mujeres menores de 40 años con alguna sintomatología, o en mayores de esa edad como estudio complementario a la mamografía.
También, de tercera alternativa, se considera un examen diagnóstico de resonancia magnética mamaria. Generalmente se solicita cuando la paciente ya tiene cáncer diagnosticado, con el fin de evaluar la extensión tumoral. No se considera realizar sin haber hecho previamente mamografía y ecografía mamaria.
Todas las mujeres que tienen antecedentes de tener uno o más familiares de primer grado, es decir, madre, hermana, hija con cáncer de mama, deben iniciar el cuidado frente a esta enfermedad realizándose la mamografía antes de los 40 años, y dependerá de la edad en que su familiar tuvo el cáncer.
Por lo general, se recomienda iniciar la mamografía 10 años antes de la edad en que se presentó el cáncer, por ejemplo, si tu familiar tuvo cáncer a los 45 años o más, se debe iniciar la mamografía a los 35 años.
Otro punto a considerar es la frecuencia con que se realiza, se ha visto que el tiempo que demora un cáncer en hacerse visible en mamografía es de 1 año, por lo que este examen debe realizarse con esa periodicidad, es decir anualmente.
En caso de que en la mamografía y/o ecografía mamaria se encuentre un hallazgo que genere sospecha de la presencia de cáncer, dependiendo de cada caso, el médico tratante podría indicar a la paciente alguno de los siguientes procedimientos intervencionistas de biopsias mamarias:
Ambos son procedimientos ambulatorios en que se sacan fragmentos muy pequeños de la lesión mamaria para su análisis y futuro diagnóstico certero. Estos procedimientos son realizados con anestesia local que duran alrededor de una hora y no tienen mayor complejidad.
En caso de ya haberse diagnosticado un cáncer, algunas pacientes empiezan su tratamiento con quimioterapia antes de someterse a una operación, ya que muchas veces disminuye el tamaño del tumor, logrando incluso que desaparezca.
Los médicos combinan tratamientos para reducir las posibilidades de que el cáncer regrese, como:
Es importante saber que los tratamientos contra el cáncer de mama son más eficaces y se toleran mejor cuando se inicien lo antes posible y se toman hasta completar el esquema.
Si bien no está comprobada la existencia de un método de prevención, si existen múltiples factores de riesgo prevenibles, tales como el tabaco, alcohol, dieta baja en consumo de frutas y verduras, elevada en sal, además de exposiciones laborales químicas o ambientales.
Para prevenir el cáncer de mama es recomendable:
Lo fundamental es prevenir de la mano del autocuidado y estar atentas a aquellas anomalías que se puedan detectar mediante el autoexamen.
La detección del cáncer de mama está en tus manos. Esta es tu oportunidad de prevenir, sé responsable y realiza tu chequeo preventivo anual.
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