El virus del herpes simple (VHS), denominado habitualmente sólo como herpes, es frecuente y puede provocar vesículas o úlceras dolorosas. Cuando se trata de una infección de transmisión sexual, se conoce como herpes genital y puede ser causada por dos variantes del virus.
Con frecuencia afecta la boca y los labios, y causa úlceras bucales o ampollas febriles. Sin embargo, se puede transmitir de la boca a los genitales durante el sexo oral.
Las personas pueden estar expuestas al HSV-1 durante la infancia debido a contacto cercano de piel con piel con otra persona infectada.
Es la causa más común del herpes genital. Se puede transmitir a través del contacto con la piel o de líquidos (secreciones) orales o genitales.
Este virus puede estar presente en lo siguiente:
Es importante saber que el virus del herpes simple no sobrevive a temperatura ambiente. Por ello, es poco probable que el virus se propague a través de superficies como el inodoro o una toalla. Pero besar o compartir vasos y cubiertos puede propagar el virus.
Según cifras oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que 3.800 millones de personas en el mundo menores de 50 años tienen infección por el virus del herpes simple de tipo 1, estas infecciones se adquieren mayoritariamente durante la infancia.
Y más de 519 millones de personas de 15 a 49 años en todo el mundo tienen infección por el virus del herpes simple de tipo 2, infectando a las mujeres casi el doble que a los hombres.
Los síntomas de herpes genitales incluyen la aparición de ampollas pequeñas y dolorosas llenas de líquido. Las áreas en donde se pueden incluir las lesiones incluyen:
Antes de que las ampollas aparezcan, puede haber hormigueo, ardor, comezón o dolor en el sitio.
Cuando las ampollas se rompen, dejan úlceras superficiales que suelen ser muy dolorosas. Estas úlceras forman costras y sanan lentamente durante 7 a 14 días o más.
Se pueden generar diferentes complicaciones, principalmente en personas con el sistema inmunitario bajo.
Por ejemplo, las mujeres embarazadas que tienen una infección por herpes activa cuando dan a luz pueden transmitir la infección a su bebé. Es importante que informes siempre a tu ginecólogo o matrona para tomar medidas y evitar que se transmita la infección al bebé.
También, el virus se puede propagar a otras partes del cuerpo, incluso el cerebro, los ojos, el esófago, el hígado, la médula espinal o los pulmones. Estas complicaciones se presentan con frecuencia en personas que tienen un sistema inmunitario debilitado, debido a VIH o ciertos medicamentos.
El uso de los preservativos o condones de látex son la mejor forma de protegerse contra el contagio del herpes genital durante la actividad sexual. Si bien es muy poco probable, se puede contraer herpes genital aún con el uso del condón.
Evita tener relaciones sexuales cuando una pareja con herpes genital presente síntomas.
Ten una pareja sexual estable que se haya sometido a pruebas para detectar una infección de trasmisión sexual y que no esté infectada.
Pese a que el virus del herpes no tiene cura, generalmente, el método de tratamiento más frecuente es con medicamentos antivirales recetado por los médicos que controla y ayuda a:
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