La navidad es una fecha de reflexión, de unión familiar y de buenos deseos. Un tiempo donde debiese respirarse la paz y el amor. Sin embargo, al llegar Diciembre, lo que predomina es el estrés, la vida agitada y la carrera por conseguir el mejor regalo, aunque esto signifique endeudarse todo un año.
Estamos en una época en que los niños piden regalos cada vez más costosos,la mayoría relacionados con la tecnología, los cuales encarecen aún más los costos.
Esta realidad donde los niños exigen y los padres corren a cubrir esa supuesta necesidad, ha llevado a que varios sicólogos acuñen el término “síndrome del niño hiperregalado”, el cual se refiere a niños que tienen todo lo que quieren, pero pareciera que eso no es suficiente. Esto provoca que cada vez las expectativas sean más difíciles de cumplir, lo cual puede generar angustia y estrés en los padres y consecuencias negativas en los niños. Algunas de las cuales pueden ser:
Estos últimos dos años, según estudios de comercio, los tipos de regalos más pedidos por los niños y adolescentes son:
Los valores de estos productos van desde los $35.000 hacia arriba. Esto en el caso de los que no pertenecen a la gama de la tecnología. Los que sí lo son, parten desde los $100.000.
Considerando que por lo general, no se le entrega solo un regalo a cada niño, el gasto aproximado por niño puede superar los $250.000. Cuando hay más de un niño en el hogar, los gastos navideños podrían incluso llegar al millón de pesos, sin contar los costos de cena y otros.
Entonces ¿qué podemos hacer para evitar que nuestros hijos vivan las consecuencias de ser un niño hiperregalado?
Los especialistas aconsejan regalar a los niños, pero con un equilibrio que los beneficie a ellos y también a sus padres.
Algunos especialistas, tanto sicólogos como educadores han sugerido crear una “ regla de los 4 regalos”. Esta medida busca un equilibrio con el objetivo de que además no se llenen de cosas que a la larga no utilizarán.
De esta manera se sugiere entregarles como regalo:
De acuerdo a la edad, son diferentes las necesidades de nuestros hijos. Sin embargo, lo importante es fijarles límites y que ellos estén conscientes de que los regalos sólo son un complemento del verdadero espíritu de la navidad.
Cambiar en las pequeñas cosas, puede formar niños empáticos, felices y seguros.
¡Feliz Navidad!