Junto con las estaciones de otoño e invierno, llegaron las temperaturas bajas. La ropa de verano desaparece para dar lugar a los chalecos, chaquetas y pijamas más abrigados.
Es que esta temporada suele ser cruda y a veces difícil de soportar, sobre todo para aquellos a quienes les cuesta más estar en el frío. Es el caso de la mayoría de las mujeres, quienes suelen ser más friolentas que los hombres.
Un ejemplo claro es el de las oficinas donde, por lo general, los hombres sienten más calor que sus compañeras, comenzando una especie de “guerra” por bajar o subir la calefacción.
Un estudio de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) asegura que las mujeres, en su mayoría, son más friolentas que los hombres y esto se debe a que ellas tienen una mejor distribución de la sangre. Esto es debido a que los termostatos biológicos, encargados de regular la temperatura en el cuerpo, varían dependiendo de nuestro sexo, edad y dieta, entre otros factores.
Según dicho estudio, las mujeres sienten más frío que los hombres porque su grasa corporal está uniformemente distribuida y pueden hacer fluir toda su sangre a todos los órganos centrales. Sin embargo, esta eficiente forma de mantener cálidos los órganos vitales hace que menos sangre circule por sus manos y por sus pies y por esta razón sienten más frío.
Otros estudios señalan que las mujeres necesitan 3 grados más de calor que los hombres para sentirse cómodas.
Algunos aspectos a considerar en la diferencia respecto a como las mujeres perciben el frío son:
Es el encargado de la producción e incremento de la energía, incluyendo el calor. Tanto los niveles metabólicos como la producción energía varían entre hombres y mujeres. De hecho, en las mujeres las cifras son más bajas que las de los hombres.
A mayor proporción de masa muscular, mayor producción de calor. En la mayoría de los casos, las mujeres se caracterizan por tener un cuerpo más pequeño que los hombres. Cuentan con una menor cantidad de masa muscular. Esto hace que sientan más frío. La temperatura corporal puede ser la misma en ambos sexos, pero el tamaño del cuerpo influye en la respuesta que el organismo da al cambio de temperatura. Normalmente los hombres son más grandes, tanto en la altura como en el peso.
Durante los ciclos menstruales, la temperatura corporal de la mujer varía. Esto sucede porque los niveles hormonales aumentan y disminuyen. Los días previos al sangrado los niveles de hierro decaen y, en consecuencia, las células rojas de la sangre disminuyen en cantidad. De esta manera se produce una pérdida considerable de temperatura corporal.
Aplicar calor en las articulaciones El calor ayuda a reducir estas molestias: usa un saquito de semillas o una bolsa de agua calientes. Y, si te es posible, busca lugares cálidos y secos para pasar el otoño y el invierno.
El calor se produce cuando la tasa metabólica aumenta como consecuencia de mantener el cuerpo en actividad. Por ello, es recomendable hacer ejercicio o cualquier otra actividad física que, además, aumentará la masa muscular.
Para poder sentir calor, se recomienda comer. Esto se debe a que, cuando se produce la digestión de los alimentos el cuerpo utiliza energía, y esto genera calor. Los alimentos que tienen más calorías brindan calor mucho más rápido que otros. Es por eso que hay que tener prudencia para equilibrar los alimentos que son calóricos con los que no.
Se recomienda incluir, en cada comida, porciones pequeñas de alimentos que tengan carbohidratos. Un guiso caliente, legumbres o cremas de verduras son una buena opción además de otorgar nutrientes. Usar varias capas de ropa (para mantener la temperatura interna).
Es recomendable utilizar ropa delgada, pero con características térmicas. También una camiseta de algodón puede contribuir a aumentar la temperatura.
Se pueden beber infusiones pero también es importante beber agua a temperatura ambiente.
Así es como la ciencia nos explica algunos misterios de nuestro organismo. Es importante cuidarnos y estar al tanto de nuestra salud. Llevar una vida sana es vital para todo, incluso aspectos tan prácticos como no sentir tanto frío.
Nuestros especialistas de Maiposalud están atentos para ayudarte a realizar un cambio que mejore tu calidad de vida.