La diabetes es una enfermedad crónica que se produce cuando el cuerpo no procesa de forma adecuada los niveles de glucosa en la sangre. Esto se puede dar de muchas formas: ser insulinodependiente (tipo 1), sedentarismo, obesidad, mala alimentación; y por consecuencia, genera complicaciones en todo ámbito en la salud, como es el pie diabético.
En Chile, según la Encuesta Nacional de Salud al año 2017, la diabetes tiene una prevalencia del 12,3% en la población. Se calcula que más de dos millones de personas en el país tienen esta enfermedad crónica y se estima que su prevalencia va en aumento cada año.
El pie diabético es un problema potencialmente grave derivado de la neuropatía (los nervios que dan sensibilidad en las extremidades no funcionan correctamente) y la enfermedad vascular (se estrechan los conductos sanguíneos más alejados del corazón, provocando menos irrigación en la zona) que se da al no seguir un tratamiento integral de la diabetes. Esto puede llevar a que una simple herida o irritación puede provocar a la larga complicaciones como úlceras, infecciones y, en casos extremos, la amputación.
El pié diabético es responsable del 70% de las amputaciones realizadas en adultos en Chile (Revista Médica de Chile, 2013) pero se desconoce su prevalencia, es decir, la cantidad de casos activos que existen hasta la fecha. La clave para su prevención y tratamiento efectivo en etapas tempranas radica en la pronta detección y la atención cuidadosa a cualquier cambio en el pie.
Si usted es diabético y tiene alguno de los siguientes síntomas, debe ver a su médico o especialista para descartar cualquier probabilidad de generar esta complicación:
Para evitar cualquier complicación o que se agrave alguno de estos síntomas, es muy recomendado que asista a una revisión periódica con su médico de cabecera y, además, recurra a otros especialistas, como el podólogo, que podrán ayudarlo a mantener una mejor salud de sus pies y detectar de manera oportuna cualquier anormalidad.
El pie diabético no solo es una complicación física, sino que abarca muchos más aspectos en la calidad de vida de una persona. Es necesaria una completa atención integral, desde el control de la diabetes hasta el cuidado diario de los pies para evitar posibles afecciones a futuro.
La podología, por su parte, cumple un rol esencial en el cuidado del pie en las personas con diabetes. Los podólogos pueden identificar problemas como úlceras, heridas, poca sensibilidad o uñas encarnadas, además, desempeñan un papel activo en la educación de los pacientes sobre la importancia del autocuidado, la correcta higiene del pie y revisión diaria.
La colaboración continua y estrecha entre los profesionales médicos y los podólogos es esencial para prevenir las consecuencias potencialmente devastadoras de esta complicación.
La prevención, educación y la intervención temprana son las claves para preservar la salud del paciente diabético y, por supuesto, de sus pies.
Para la prevención de estas complicaciones, se recomienda seguir una rutina diaria de cuidado del pie. Algunos consejos que dan los podólogos son:
Y, por sobre todo, realizar exámenes podológicos periódicos, que consiste en asistir a revisiones regulares con un podólogo para evaluar la salud de los pies y abordar cualquier problema de manera preventiva.
Mantenerse informado sobre el cuidado del pie diabético es clave para su prevención. Si requieres atención médica, tienes lesiones o dudas, en Maiposalud contamos con los especialistas adecuados para el completo cuidado de tu salud.
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