Musicoterapia: Un tratamiento exitoso en las emociones

Musicoterapia: Un tratamiento exitoso en las emociones

Las patologías siquiátricas y los problemas sicológicos suelen ser bastante difíciles de enfrentar. Por lo general requieren de un tratamiento a largo plazo, la mayoría de las veces farmacológico.

Pero ¿qué pasaría si incorporáramos terapias alternativas a nuestro tratamiento convencional? Una de estas terapias es la musicoterapia, utilizada con éxito por muchos profesionales.

¿Qué es la musicoterapia?

El término musicoterapia, según La Federación Mundial de Musicoterapia, se refiere al uso de la música y/o sus elementos (sonido, ritmo, melodía, armonía) con un paciente o grupo, en un proceso creado para facilitar, promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento, la expresión, la organización y otros objetivos terapéuticos relevantes, para así satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas.

Su fin es que el paciente puede lograr una mejor calidad de vida a través de la prevención, rehabilitación y tratamiento.

Esta forma de tratamiento, debe ser hecha por musicoterapeuta, que, por lo general, son sicólogos o siquiatras que realizan una especialización en el área.

¿Qué provoca la musicoterapia?

El ritmo musical produce un aumento en la actividad de la corteza motora del cerebro generando emociones que se transforman en sustancias químicas capaces de influir en el sistema inmunológico y en otros mecanismos de autocuración del cuerpo.

Cómo la música y su composición influyen en el ser humano

  • Tiempos musicales: los tiempos lentos, entre 60 y 80 pulsos por minuto, generan la sensación de dignidad, de calma, de sentimentalismo, serenidad, ternura y tristeza. Los tiempos rápidos de 100 a 150 pulsos por minuto, suscitan impresiones alegres, excitantes y vigorosas.
  • Ritmo: los ritmos lentos inducen a la paz y a la serenidad, y los rápidos suelen producir la activación motora y la necesidad de exteriorizar sentimientos, aunque también pueden provocar situaciones de estrés.
  • Armonía: es cuando suenan varios sonidos a la vez. A todo el conjunto se le llama acorde. Los acordes consonantes están asociados al equilibrio, el reposo y la alegría. Los acordes disonantes se asocian a la inquietud, el deseo, la preocupación y la agitación.
  • Tonalidad: los modos mayores suelen ser alegres, vivos y graciosos, provocando la extroversión de los individuos. Los modos menores presentan unas connotaciones diferentes en su expresión e influencia. Evocan el intimismo, la melancolía y el sentimentalismo, favoreciendo la introversión del individuo.
  • La altura: las notas agudas actúan frecuentemente sobre el sistema nervioso provocando una actitud de alerta y aumento de los reflejos. También pueden sacar a alguien de un estado de cansancio. Las notas agudas muy intensas y prolongadas, pueden provocar el descontrol del sistema nervioso. Los sonidos graves suelen producir efectos sombríos, una visión pesimista o una tranquilidad extrema.
  • La intensidad: es uno de los elementos de la música que influyen en el comportamiento. Así, un sonido o música tranquilizante puede irritar si el volumen es mayor que lo que la persona puede soportar.
  • Los instrumentos: Los de cuerda suelen evocar el sentimiento por su sonoridad expresiva y penetrante. Mientras los instrumentos de viento destacan por su poder alegre y vivo, dando a las composiciones un carácter brillante, solemne, majestuoso. Los instrumentos de percusión se caracterizan por su poder rítmico, liberador y que incita a la acción y el movimiento.

El objetivo de la musicoterapia es saber detectar precisamente como utilizar estos componentes de la música y en qué momento hacerlo para tratar diversas áreas contribuyendo al tratamiento adecuado. Escuchar música alegre favorece la producción de endorfinas, lo cual, junto a focalizar la atención en ella, ayuda a disminuir la sensación de dolor.