El estrés y las consecuencias en nuestro sistema digestivo

Mujer estresada sosteniendo su cabeza

Muchos estudios han confirmado que las emociones afectan directamente la salud. Nuestro cuerpo somatiza las experiencias negativas que vivimos y el sistema nervioso no controlado suele manifestarse en alguna dolencia que se suele no detectar como consecuencia de alguna emoción.

En el caso del estrés,pueden ser muchas las consecuencias físicas y, por lo general, cuando se manifiesta alguna molestia es porque el estrés se ha hecho crónico y es hora de tomar medidas para evitar consecuencias lamentables a futuro.

¿Qué es el estrés?

El estrés es la reacción del cuerpo ante situaciones dañinas, ya sean reales o percibidas. Cuando el cuerpo se siente amenazado, se produce una reacción química que le permite actuar de una manera que evita lesiones. Esta reacción se conoce como la respuesta al estrés, momento en el que aumenta la frecuencia cardíaca, la respiración se acelera, los músculos se tensan y la presión arterial aumenta.

Cuando una persona experimenta un estado de tensión y ansiedad durante un período de tiempo continuo está viviendo lo que se conoce como estrés. Esto es una alerta que está avisando que algo no se encuentra bien.

Por qué se produce el estrés

El origen del estrés estás determinado por los siguientes aspectos que unidos, generan las consecuencias físicas. Estos son los siguientes:

  • Origen psicológico: la persona que lo padece, percibe que una situación determinada le genera una angustia. Este elemento percibido como estresante induce una serie de cambios en la actividad física y orgánica y se manifiesta en algún malestar o descompensación. Estas situaciones pueden ser, por ejemplo, una carga laboral intensa, problemas financieros, conflictos interpersonales, entre otros problemas.
  • Origen donde intervienen las hormonas: Existen diversas hormonas que actúan en el proceso en que se gatilla el estrés, las cuales son responsables de las alteraciones físicas que se producen. Estas hormonas son liberadas desde el cerebro hasta todos los rincones de nuestro cuerpo, provocando, tal y como se comenta, un gran número de cambios físicos y fisiológico.

¿Cómo afecta el estrés a la salud digestiva?

En muchos casos, la persona experimenta constantes molestias estomacales y diversos problemas relacionados con el sistema digestivo, sin reconocer que se debe a que el estrés se está manifestando de esa manera.

Un estudio publicado por el Journal of Physiology and Pharmacology señala que el estrés puede tener efectos a corto y largo plazo sobre las funciones del aparato digestivo. Algunos de estos son los siguientes:
  • Aumento en la percepción visceral: Esto significa que el organismo percibe ciertas situaciones y las somatiza provocando alguna reacción gástrica.
  • Cambios en la secreción gastrointestinal: esto puede provocar estreñimiento o indigestión.
  • Efectos negativos en la capacidad regenerativa de la mucosa gastrointestinal y el flujo sanguíneo de la mucosa.
  • Efectos negativos sobre la flora intestinal: esto hace que el sistema inmune no actúe con tata fuerza y se puedan desarrollar más gérmenes.
  • Disminución en la oxigenación de nutrientes: Esto provoca que nuestro organismo no reciba todo lo que necesita correctamente y, por ende, se produzcan molestias intestinales.
  • Cuatro veces menos flujo sanguíneo en el sistema digestivo: Esto hace hace más lento al metabolismo.

Síntomas del efecto del estrés en nuestro sistema digestivo:

  • Cansancio constante: Esto puede suceder pese a haber dormido lo suficiente. Puedes sentirte sin fuerzas para realizar las actividades normales.
  • Insomnio y sueño entrecortado:  Pese al cansancio del día, no se logra un sueño reparador y muchas veces, no se logra conciliar el sueño.
  • Distracciones constantes y falta de concentración: El estrés puede desordenar nuestra mente provocando una incapacidad para concentrarnos en una tarea o cometiendo constantes olvidos en situaciones domésticas.
  • Dolor de cabeza y mareos: Es uno de los síntomas físicos más recurrentes del estrés y que afecta más la calidad de vida.
  • Irritabilidad: Ante situaciones que quizás en otro momento no provocarían ninguna molestia. Sobrerreacción ante algo que pueda molestar.
  • Enfermedades más frecuentes delo normal: gripes, virus, enfermedades estomacales se manifiestan más seguido debido a la disminución del sistema inmunológico.
  • Pensamientos negativos: impidiendo disfrutar los momentos agradables de la vida.
  • Cambios en el apetito: A algunas personas el estrés les provoca hambre y se dan atracones de alimentos poco saludables, mientras que otras pierden por completo el apetito.
  • Ansiedad: Se manifiesta en síntomas como taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, “nudo” en el estómago, alteraciones de la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, hormigueo, sensación de mareo e inestabilidad.

¿Qué hábitos te pueden ayudar a combatir el estrés y mejorar la salud intestinal?

  • Realizar ejercicios: Esto es muy útil para el aliviar y despejar la mente.
  • Aplicar técnicas de relajación: Como respirar profundo y tener una visión positiva. Esto te permitirá realizar los cambios neurológicos que se necesitan.
  • Evitar el azúcar y fructosa: Comer azúcar y fructosa en exceso distorsionará la relación entre las bacterias buenas y malas de tu intestino, ya que esta actúa como combustible de los patógenos, hongos y levaduras que inhiben la flora.
  • Comer alimentos fermentados: Los alimentos fermentados hechos de manera tradicional y sin pasteurizar son una fuente rica en probióticos. Las opciones saludables incluyen las fermentaciones de repollo, nabos, berenjenas, pepinos, cebollas, calabazas, zanahorias y los yogurts naturales tipo Kefir.
  • Tomar bebidas con probióticos: Estos podrían afectar profundamente la interacción entre el cerebro y el intestino y atenuar el desarrollo de trastornos en todo el tracto intestinal.
  • Dormir en completa oscuridad: Esto es necesario para la apropiada producción de la hormona melatonina, hormona encargada del sueño y que actúa como mediador entre cerebro e intestino.

Si estás comenzando a experimentar algunos de los síntomas antes mencionados, es hora de tomar medidas, ya que cuando el cuerpo acusa, es un aviso de que es momento de cambiar hábitos, y para ello siempre será importante hacerlo acompañado de la opinión profesional.

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