Uno de los temas que preocupan a las autoridades del país y representantes de salud en Chile, es el de la donación de órganos.
Lamentablemente, hay enfermedades que llegan a niveles en que los órganos se deterioran a tal nivel que sólo un trasplante puede salvar la vida de quien se encuentra afectado.
Por esta razón, anualmente se realizan campañas para motivar a quienes pueden ser potenciales donantes y, sobre todo, a las familias, que finalmente son lasque deciden a la hora de donar.
Al contrario del año pasado, el cual se conoce como el mejor año histórico, este 2018 apunta a ser un fracaso en término de trasplante de órganos.
La donación de órganos es un acto voluntario, mediante el cual una persona o su familia (como representante) deciden donar los órganos, para que sean extraídos del cuerpo e implantados en otra persona.
La donación de órganos puede ser realizada por personas vivas que ceden un órgano a algún familiar siempre y cuando esto no altere el funcionamiento vital de su cuerpo, o por pacientes fallecidos, en los que se solicita la autorización familiar.
En el caso de los donantes fallecidos, la extracción de los órganos y tejidos donados se realiza en pabellón, con cirujanos altamente especializados, resguardando el cuerpo de la persona, que luego será entregado a sus familiares.
Según los datos entregados por el Ministerio de Salud, este 2018 está registrando la peor tasa de donantes en los últimos 20 años.
El año pasado, las cifras habían sido positivas. Entre enero y mayo de 2017, 79 donantes hicieron posible que se realizaran 195 trasplantes de órganos.
El 2018 en cambio, durante el mismo periodo sólo ha habido 45 donantes y 134 trasplantes.
Las cifras son sumamente bajas, tomando en cuenta que en Chile, existen 2000 pacientes esperando ser trasplantados.
Los órganos y tejidos que pueden ser trasplantados desde un donante en muerte cerebral son: corazón, pulmones, hígado, páncreas, riñones, intestino, córneas, huesos, y piel. En el caso de donantes en parada cardio-respiratoria, actualmente en nuestro país solo existe programa para extraer las córneas.
En el caso del donante vivo, se pueden trasplantar riñón, pulmón, hígado, intestino y páncreas.
Antes del 2013, quienes decidían ser donantes, dejaban estipulado en su carnet de identidad dicha decisión. Sin embargo, la familia era quien tenía la última palabra.
Posteriormente, la ley fue modificada estableciendo que todos los chilenos don donantes universales y que quien se niegue a esa condición, debe presentar una documentación notarial que especifique su deseo de no serlo. Luego de eso, el notario debe remitir dicho documento al Registro Civil para que posteriormente se envié al Registro Nacional de No Donantes.
El problema es que sólo se modificó ese aspecto de la ley, pero sólo el paciente vivo al momento de donar, puede hacer valer su decisión. En el caso de que el paciente tenga muerte cerebral ( lo cual lo califica como fallecido y potencial donante), sigue siendo la familia la que decide si va a aceptar que los órganos de su pariente sin vida, puedan ser utilizados para trasplante.
Si la familia se opone a la donación, aún cuando el fallecido haya manifestado su voluntad de ser donante en vida, se respeta la decisión de los parientes.
La ley establece la decisión de donar los órganos debe plantearse a la familia de la persona fallecida en el siguiente orden:
Esta es la razón por la que muchas veces la donación de órganos se vuelve tan compleja, ya que sólo bastaría que los familiares a quienes se les solicite autorización se nieguen, para que el trasplante no pueda ser llevado a cabo.
Es importante romper ciertos mitos que sean transmitido acerca de ser donante o decidir dominar, puesto que muchas veces producto de la ignorancia en el tema, una vida puede quedar sin ser salvada.
Si soy donante, los médicos me dejarán morir para obtener el órgano que se necesita: Eso es completamente falso. Los médicos tienen como fin principal siempre, salvar la vida del paciente. Cuando ya no hay nada más que hacer, se comienza recién a hablar de los pasos a seguir.
La lista de espera está arreglada: No existe relación alguna entre prioridad de donantes y su capacidad monetaria o un cargo importante. La prioridad se establece de acuerdo a la gravedad del paciente y no a sus características o posesiones.
El cuerpo puede quedar en malas condiciones: Falso. Existen protocolos que aseguran que el cuerpo será entregado de buena forma a los familiares del donante.
El paciente puede estar vivo cuando le extraigan los órganos: Eso es imposible, ya que antes de extraer los órganos, se debe hablar con la familia del donante y eso solo ocurre cuando existe muerte encefálica o cerebral (muerte de la persona tanto clínica como legal).
La familia del donante debe costear el procedimiento: De acuerdo a la Ley de Trasplantes, los gastos relacionados con la extracción de órganos se traspasan al sistema de salud del receptor o los receptores de los órganos. La familia de quien dona no debe pagar nada.
El tema de la donación de órganos debe ser conversada en familia. Falta mucho para poder cubrir toda la necesidad en cuanto a trasplantes y es nuestra responsabilidad poder construir una mejor sociedad, más preocupada del otro. Nunca sabemos cuándo necesitaremos ayuda. Parte por ti.