El sobrepeso es un problema que cada vez ha ido más en aumento en el mundo y específicamente en Chile. El problema es cuando este pasa a ser una enfermedad crónica. En este caso la obesidad es un mal que cada día se hace más difícil de combatir y que amenaza con reducir las expectativas de vida por enfermedades que se pueden asociar a esta.
De acuerdo al último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 74,2% de los chilenos tiene sobrepeso u obesidad. De esta forma, Chile se transformó este año por primera vez en el país con más sobrepeso y obesidad entre los miembros del foro, incluso superando a México (72,5%) y Estados Unidos (71%).
Además, según la OCDE, Chile figura como el tercer país que ha presentado un mayor incremento de la obesidad entre los jóvenes de 5 a 19 años, en donde solo somos superados por Estados Unidos y Arabia Saudita.
Muchas pueden ser las causas del aumento de esta enfermedad. Principalmente tienen que ver con los hábitos del mundo moderno, donde predomina lo inmediato incluso en la alimentación.
Algunos de estas causas son:
En diversos estudios se ha observado que menos del 10% de los hijos de padres delgados son obesos, alrededor del 50% de los hijos con un progenitor obeso son obesos, y más del 80% de los hijos cuyos progenitores son obesos presentan obesidad.
La sobrealimentación puede tener lugar en cualquier época de la vida, pero su influencia es mayor si se inicia en edades tempranas. La nutrición durante la infancia ha adquirido gran relevancia en los últimos años, al demostrarse que un porcentaje significativo de niños obesos evolucionan a adolescentes obesos y adultos obesos. Las dietas ricas en grasas y en carbohidratos pueden favorecer la obesidad.
Los genes influyen en la predisposición a la obesidad cuando se relacionan con formas de alimentación específicas y la disponibilidad de nutrientes.
Los mecanismos básicos que regulan la ingestión de alimentos (sensación de apetito/saciedad) están localizados en el sistema nervioso central. Diversos autores han demostrado que existe una relación entre las alteraciones en el metabolismo de la serotonina y la ingesta alimenticia.
En la regulación de la ingesta de alimentos intervienen varias moléculas, algunas desconocidas; pero tal vez la más importante es la leptina. Esta hormona es secretada por los adipocitos y su nivel de producción constituye un índice de los depósitos energéticos adiposos. Cuando sus niveles son altos, la ingestión de alimentos disminuye, y el gasto energético aumenta.
La obesidad influye negativamente en el organismo más de lo que se conoce. Algunas consecuencias asociadas a esta enfermedad son:
La obesidad es una enfermedad que se debe tratar cuanto antes. Debes darle la importancia que requiere y en caso de padecerla, buscar ayuda con nuestros especialistas nutricionistas y médicos generales para que juntos puedan elaborar un plan de acción para extender tu expectativa de vida y evitar consecuencias lamentables.
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